miércoles, 12 de julio de 2023

El amor puede dar miedo

Amar no es solo sexo ni placer; no es solo un elemento en esta ecuación llamada vínculo humano. Claro está, todos necesitamos escapar de nuestra soledad, buscando la compañía de otro. Es tan delicioso como tormentoso tener a alguien que nos acompañe. Se han creado hermosas películas de amor y pasión, pero también algunas perturbadoras.


Si hablamos de miedo, es interesante revisitar "Midsommar", una película que relata crudamente una separación, el luto y el duelo. Así es como lo vivió Dani en la película, junto a su pareja Cristian. Este fenómeno es bastante común, donde las rupturas de pareja carecen de sentido. Dani llevaba consigo el peso del duelo de toda su familia y tenía como único apoyo a una persona que, por cobardía, no quería asumir que la relación estaba en crisis. Él perdió toda empatía y afecto, convirtiéndose en una persona fría y sin voluntad. A su vez, Dani dependía completamente de su pareja, recibiendo indiferencia y desgano, y la tristeza se convirtió en una anulación emocional.


Relaciono esto con la película porque, evidentemente, quizás no solo yo, hemos estado en relaciones donde el desgaste y la evolución terminan en un estado "sin sentido", donde ambos se convierten en desconocidos. Pero cuando esto sucede, es porque ambos quedamos anulados. La anulación puede tener múltiples respuestas en las personas, como la constante cobardía y el miedo de Cristian, la incapacidad de empatizar o de confiar. Es como llegar al punto cero. Las relaciones se congelan sin quererlo. ¿Es esto evitable? ¿Es una decisión o una emoción? ¿Dónde radica la capacidad de soltar? Es un terreno difuso y nebuloso donde la relación se vuelve estéril. Yo lo viví, quizás tú también. No todos son cobardes, pero en un espacio donde reina la incomprensión, la relación no se vuelve segura y surgen los miedos. ¿Quién nos dijo que el amor es un paraíso ajeno a la humanidad?


Claro que el amor está ligado a nuestros miedos, como también tememos ser heridos después de ser amados, o que la relación termine en infidelidad. Amar a alguien implica asumir un riesgo. A veces, las discusiones se vuelven frívolas y superficiales, pero en la superficie también existen profundidades, espacios que no desean ser revelados. Algunos incluso ironizan con sus demonios y ángeles, pero si no somos capaces de controlarlos, ¿esperamos que alguien más reaccione como debería? Es difícil, ¿no es así? Claro que cuesta, porque somos humanos, depositamos nuestro afecto todos los días. El miedo, la incertidumbre, la ansiedad, la depresión, la crisis y el estrés son pan de cada día. Si no somos honestos desde el principio, evitaremos problemas por no escuchar lo que nos dicen.

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